Tras explorar las instalaciones del Hotel INNSiDE Madrid Valdebebas, donde ambos novios se preparaban, nos encaminamos hacia la habitación del novio.

A las 16:30, como habíamos acordado, estábamos listos en la habitación del novio, dispuestos a capturar cada detalle de sus preparativos y atuendo.

El novio y sus padrinos lucían elegantes trajes de Affimity Moraleja Green.

Erik compartía este momento con su padre, hermanos, amigos y, más tarde, su madre, quien llegó para bendecirlo, siguiendo la tradición familiar.

Tras dedicar una hora a capturar los preparativos del novio, el equipo de fotografía y vídeo nos trasladamos a la habitación de Martha.

Allí nos aguardaban su madre, su hija Manuella, a quien tuve el honor de realizar también su reportaje de comunión, y sus mejores amigas y damas de honor.

A los pinceles se encontraba su amiga y maquilladora profesional Karin Marcano quien dejo espectacular a la novia.

Además, el vestido de Martha había sido traído personalmente por Luis Perdomo, gran diseñador venezolano y amigo personal de la pareja.

Luis, junto con sus amigas, se encargarían de ayudar a la novia en el momento de colocarse el vestido y los zapatos, personalizados al detalle y fabricados directamente por Converse, bajo el diseño de Estefanía Miliani.

Una vez vestida, Martha realizó un First Look con un hermano de Erik y con el padrino de la novia.

La celebración de la boda tendría lugar en la Finca Villa Laureana, una de las fincas privadas más destacadas y singulares de Madrid. Su excepcional servicio y su cocina propia hicieron que todo brillara con perfección.

El novio llegaría acompañado de sus amigos en una lujosa limusina de Limusinas de Madrid, mientras que la novia haría su entrada en un clásico Volkswagen Escarabajo.

La finca ofrece diversos espacios ideales para la realización de fotografías de pareja. Sin embargo, su verdadero valor radica en la posibilidad de adaptarse a las distintas necesidades de un evento tan especial como una boda, así como en la flexibilidad que ofrece ante las variadas condiciones climáticas.

El jardín, escenario de la ceremonia, brinda innumerables posibilidades para crear momentos inolvidables.

En esta ocasión, el cóctel se celebró al aire libre, mientras que la cena y el baile tuvieron lugar en el elegante salón principal de la finca.

El novio llegó acompañado de sus hermanos y amigos, todos ataviados con tutús de colores, bailando al ritmo de "Gangnam Style", ese baile tan famoso por su estiloso movimiento. Juntos danzaron hasta la mitad del camino al altar, donde les esperaba su madre. Ella, con serenidad, le guió caminando al compás de "Tu eres mi Tesoro" de Andrea Bocelli, no sin antes dedicar un emotivo gesto a sus abuelos, cuya presencia, aunque física ya no esté, perdura eternamente en sus memorias.

La novia, por su parte, avanzaba del brazo de su padrino.

Anunciando la llegada de la novia, un grupo de niños y las damas de honor de Martha, ataviadas con preciosos vestidos de Atelier La Nonna, abrieron paso.

La ceremonia fue oficiada por Fran, un querido amigo de los novios.

Las lecturas estuvieron a cargo del hermano del novio y de la hija mayor de Martha, quienes lograron arrancar tanto risas como lágrimas entre los asistentes.

Los novios compartieron sus votos nupciales antes de intercambiar sus anillos y participar en el emotivo ritual de las arenas.

Antes de realizar la salida de los novios y para darse su primer beso como esposos, se colocaron frente a lo que sería una bonita sorpresa para todos los invitados.

Ellos deseaban sellar ese momento tan significativo en medio de un gran cañón de humo de colores, que nos dejó a todos boquiabiertos.

Había mucha presión y expectación con esa fotografía, ya que todo debía sincronizarse a la perfección: el disparo de los cañones, los flashes de las cámaras y el control y la colocación de los invitados.

PERO CREO QUE SALIÓ TODO A LAS MIL MARAVILLAS

Y Martha y Erik pudieron ver casi en directo la fotografía que logramos capturar de este momento tan especial.

No hacía falta irse a ningún lugar fuera de las instalaciones de Villa Laureana, ya que esta dispone de muchos rincones interiores y exteriores donde poder realizar una preciosa sesión de pareja. Las amplias estancias, decoradas con un estilo rústico y elegante, ofrecen un ambiente cálido y acogedor, perfecto para capturar momentos íntimos. Los jardines, por otro lado, son un verdadero oasis de tranquilidad, con sus senderos rodeados de vegetación y flores que añaden un toque de color y frescura a las fotografías. Además, ya habíamos hecho un scouting previo unos días antes, con Enrique de Grandes Momentos Wedding. Este reconocimiento previo nos permitió identificar los mejores ángulos y ubicaciones, asegurando que cada detalle estuviera perfectamente planificado. La colaboración con Enrique fue clave, ya que su experiencia y conocimiento de la finca enriquecieron notablemente el resultado final.

Los novios entraron bailando, acompañados de unas bengalas de humo y disfrutaron de un largo cóctel amenizado por el DJ de Villa Laureana, con música Afro House. El ambiente se llenó de energía y alegría, mientras los invitados disfrutaban de las melodías y el espectáculo visual que las bengalas creaban.

Durante este precóctel, los novios hicieron su baile nupcial, un momento íntimo y especial que compartieron en la pista de baile. Además, como es tradición venezolana, bailaron con los invitados más allegados, creando un ambiente de unión y celebración que llenó de emoción a todos los presentes.

Martha y Erik entraron al ritmo de la música, bailando y agradeciendo a sus invitados que estuvieran allí con ellos en un día tan especial. Sus rostros irradiaban felicidad mientras se movían al compás de las melodías, creando un ambiente de alegría y complicidad que contagió a todos los presentes. Los invitados, emocionados, respondieron con aplausos y sonrisas, compartiendo la emoción del momento.

Durante poco más de una hora, Finca Villa Laureana nos deleitó con una variedad de aperitivos fríos y calientes, así como con una cocina en directo que sorprendió a todos los comensales. Los sabores y aromas se mezclaban en el aire, creando una experiencia gastronómica inolvidable. Todo ello estaba diseñado para llenar bien el estómago, ya que la fiesta iba a ser bien larga y se necesitaba energía para disfrutar de cada momento.

Cuando contratas a grandes profesionales, ocurren grandes acontecimientos. Y eso fue exactamente lo que sucedió en la boda de Martha y Erik, con una puesta en escena espectacular. Ya me habían comentado con anterioridad que el eje central de una boda venezolana es la fiesta, el baile y la diversión. La celebración comenzó en el instante en que Martha le obsequió al novio un hermoso sombrero.

Durante las más de ocho horas que tenían programadas para la fiesta, se sucedieron diversos grupos cantando y bailando en vivo. La fiesta arrancó con un grupo en directo de Vallenato, seguido de otro de Samba, y más tarde, como parte de la Hora Loca, llegaron los Robots bailando. Tras un breve descanso, entregaron una tarta al hermano de Erik, que justo cumplía años a medianoche de la boda.

La fiesta continuó, y los novios e invitados se ataviaron con todo tipo de accesorios para disfrutar de un rato de Hora Loca, con glitter, robots bailando, fuego frío y cañones de humo. Para ir cerrando la fiesta, entró un grupo de Salsa que nos transportó a la pura esencia de los carnavales brasileños, y se dio por finalizada con un grupo de Mariachis Mexicanos. ¡Ándale!

La boda de Martha y Erik fue un ejemplo perfecto de cómo la combinación de talento, creatividad y dedicación puede transformar una celebración en un evento inolvidable. Cada detalle, desde la música en vivo hasta los momentos especiales como el cumpleaños del hermano del novio, contribuyó a crear una atmósfera de alegría y diversión que perdurará en la memoria de todos los asistentes. La Hora Loca, con sus elementos sorprendentes y vibrantes, fue el broche de oro a una noche mágica que reflejó el espíritu festivo y cálido de la cultura venezolana.

Para cerrar con broche de oro la velada, Grandes Momentos Wedding preparó una sorpresa especial. Para finalizar la noche y volver a comer algo, sacaron un Carro de Perritos típicos venezolanos. Este detalle culinario fue el broche de oro para disfrute de sus invitados, quienes pudieron deleitarse con los sabores tradicionales de Venezuela antes de despedirse.

El broche final de la fiesta fue inmortalizar una foto muy deseada por la novia con sus amigos y su recién esposo. Se nos ocurrió que podíamos hacer una foto con todos sus amigos brindando y poner a Erik debajo de la novia. Es verdad que le indicamos a Erik que lo mismo alguna gota le cayera encima, pero no acertamos en ese punto con la exactitud que le hubiese gustado al novio... jajajajaja.

A pesar de que Erik se nos mojó un poco, sabemos que tenemos la "foto de la boda" en nuestras tarjetas y que hemos cumplido los sueños y deseos de Martha. La novia estaba radiante y el novio, aunque un poco mojado, no podía estar más feliz. La foto capturó la esencia de la celebración, con todos los amigos brindando y riendo, reflejando el momento real vivido.
 Martha no puede ahora dejar de mirar la imagen en su teléfono, emocionada y agradecida por tan especial momento.

Por último, queremos expresar nuestra más sincera gratitud a parejas como Martha y Erik, quienes depositan su confianza en nuestro trabajo, optando por el Fotoperiodismo de Boda o la Fotografía Documental de Bodas, en lugar de otros estilos fotográficos. Si deseas capturar tu momento especial con la misma autenticidad y belleza, no dudes en contactarnos a través del formulario disponible.

Asimismo, agradecemos profundamente a Grandes Momentos Wedding por confiar en nuestra profesionalidad y recomendarnos a sus parejas.

Aunque somos Fotógrafos de Bodas en Alcalá de Henares, siempre mantengo mi lema: "Vamos allá dónde el amor nos quiera llevar".

Gracias a todos los novios que continúan confiando en nuestra visión única de la fotografía.